7/2/18

Asesinato de reputación y de personalidad


Asesinato de reputación y de personalidad



Asesinato de reputación y de personalidad

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El término “asesinato de reputación o de personalidad” (character assassination en inglés) existe en la literatura psiquiátrica y refiere a un proceso deliberado y sostenido dirigido a destruir la credibilidad y reputación de una persona, institución o grupo social. Los promotores del asesinato de reputaciones emplean una combinación de métodos abiertos y encubiertos como son la formulación de acusaciones falsas (verbales o judiciales), fomento de rumores y la manipulación de informaciones. Es muy común que suceda dentro de relaciones con narcisistas y psicópatas, en el ámbito laboral y en el mundo político. En la política global no nos queda duda que hay muchos sociópatas y psicópatas trabajando activamente en altos puestos, eso explicaría muchas cosas de la situación mundial, pero en este blog nos dedicamos a los efectos de estas patologías en las relaciones familiares, románticas, amistosas y laborales. No obstante, hoy vamos a poner un ejemplo proveniente de la política para aproximarnos al concepto.

Harvey LeRoy Atwater fue un estratega republicano, genio del montaje que, en las elecciones presidenciales de 1988, cuando el candidato republicano era George H.W Bush, acudió a toda clase de calumnias para destruir y asesinar la personalidad de Michael Dukakis, el candidato demócrata. Atwater regó el rumor de que Dukakis había sido tratado por problemas mentales (un rumor perverso ya que sufrir de depresión o bipolaridad es similar a sufrir cualquier tipo de enfermedad como diabetes o artritis y nadie debe ser discriminado por ello). No se pudieron probar los dichos injuriosos pero tuvieron un efecto devastador en la candidatura demócrata.  Atwater, el idéologo, murió a los 40 años, por paradojas de la vida (o ironía cósmica,) víctima de cáncer en el cerebro.

El asesinato de la reputación también ocurre dentro de las relaciones con psicópatas y narcisistas en nuestra vida diaria, sobre todo cuando la víctima descubre lo que hay detrás de su fachada (mientras la víctima no vea el abuso y sufra en silencio la mantendrá en el ciclo de luna de miel/abuso para que no escape sin llegar a tratar de destruirla totalmente). En primer lugar, y como ya lo hemos mencionado con anterioridad, el sociópata tratará de manipular a su pareja o colega para que dude de su percepción y no lo delate. Asimismo tratará de aislarla del resto sembrando discordia entre la víctima y su círculo íntimo. En paralelo fortalecerá los vínculos con personas estratégicas (a través de halagos y seducción) que en el caso que la víctima recurra a ellas no le creerán las denuncias sobre “una persona tan seductora”.

En caso de que la víctima ya no se deje manipular o chantajear emocionalmente, el narcisista o psicópata procederá con una campaña de calumnias inverosímiles y terroríficas (cosas injuriosas que nadie se toma la molestia de corroborar). Para cuando la víctima logre hablar del tema con amigos, colegas o especialistas su ex pareja/colega ya habrá reclutado una lista de apáticos que, llevados por sus narices, se convertirán en abusadores secundarios. Según estadísticas registradas en los Estados Unidos más de la mitad de los padres narcisistas obtienen la tenencia de sus hijos (en primera instancia) luego de falsas denuncias (acoso/ violencia verbal/descuido) contra el padre/madre que realmente se ocupa ellos. El fin último de estos entes es dejar a la víctima al borde de la locura, y por qué no, en algunos casos empujarla hasta la misma idea del suicidio (la perversidad de la venganza de un narcisista o psicópata cuando es desafiado por alguien que logró verlo tal cual es y osa exponerlo no tiene límites).

El sobrevivente de este tipo de abuso suele quedar sin recursos para escapar de la situación: el abusador utilizó su dinero, lo engañó con múltiples parejas (una víctima relató que su pareja la había engañado mientras estaba en el funeral de su padre pero al descubrirlo nadie podía creer semejante cosa, pensaron que estaba alucinando por la muerte de su progenitor), erosionó su identidad, destruyó su reputación y credibilidad, y puso a su familia, amigos y colegas en su contra gracias a una red maliciosa de engaños. El sociópata le quiere hacer creer a su presa que no tiene salida. Los autores del libro “Snakes in suits: When Psychopaths Go to Work” (Serpientes de traje: psicópatas en el trabajo) describe un modelo de cinco etapas en un ambiente de trabajo típico y exhibe como el sociópata asciende y se mantiene en el poder. En la etapa cuatro (confrontación), el psicópata o narcisista utiliza sistemáticamente el asesinato de reputación como herramienta para mantener su posición.

En un pasado cercano (cincuenta años atrás) las víctimas, creyendo que habían enloquecido debido al proceso de deshumanización y disociación al que habían sido sometidas, solían llevarse el secreto a la tumba para no pasar más humillaciones en el ámbito social. Sus abusadores, en cambio, no sufrían ninguna consecuencia por su accionar y proseguía con otras nuevas atracciones. Hoy afortunadamente se empieza a estudiar y a hablar sobre el tema por lo cual nadie debe pensar que no tiene salida. En realidad, siempre la hubo pero el abusador lograba que sus ex parejas o colegas pensaran que no tenían escapatoria de su influencia maligna.

De todas formas, el tema lo manejan algunos especialistas y organizaciones, no así el grueso de la población, por lo que los sobrevivientes suelen no encontrar validación a sus relatos entre familiares y amigos que desconocen la naturaleza de este juego perverso y que muchas veces, por ignorancia, terminan siendo funcionales al sociópata. Es entonces cuando algunas personas desesperadas recurren al alcohol, medicamentos u otras sustancias para tratar de escapar de la tensión, el sufrimiento emocional y la ansiedad.

El proceso de aniquilación de la reputación o personalidad social es encubierto y puede tomar desde escasos meses hasta veinte o treinta años dependiendo de las necesidades del sociópata o narcisista: si necesita una imagen de familia pantalla para tapar su accionar tratará de mantener a su pareja por mucho tiempo en estado de confusión sin tratar de socavar su identidad y reputación por completo; si, en cambio, necesita destruir a un competidor en el trabajo o a una pareja que lo puede llegar a exponer lo hará en cuestión de días y sin pestañar. No se detendrá hasta que le haya hecho todo el daño posible, a veces con ataques que aparecen años después de haber terminado la relación.

Cuando este proceso tiene lugar, es necesario no dejarse arrastrar por la desesperación, bajar el nivel de exposición, acompañarse de las pocas personas que comprendan y recurrir a especialistas en el tema. Nosotros sabemos que cuando te duele el corazón y tu cerebro no quiere responder, parece imposible tener ánimo para visitar un abogado o trabajador social pero necesitas prevenirte, sobre todo si tienes hijos en común o te pueden poner en riesgo tu medio de vida. Desde aquí estamos elaborando una lista de lugares a los que recurrir gratuitamente tanto para abuso doméstico como laboral.

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