10/5/18

El psicópata sofisticado y su "modus operandi" depredador

El psicópata sofisticado y su "modus operandi" depredador


El psicópata sofisticado y su "modus operandi" depredador

teoriamal.blogspot.cl

Para un psicópata, la sociedad humana se divide de forma muy simple: primero están ellos, y luego, a mucha distancia y en un escalón inferior, están "los demás".

El "modus operandi", es decir, la forma habitual de proceder de estas personas está basada en la depredación.

Un psicópata normalmente se cree superior a los demás, con derechos sobre ellos (la expresión en inglés es "entitlement").

De alguna forma, se creen con "patente de corso" para dar cumplimiento a sus deseos, pulsiones o impulsos sin hacerse responsable de las consecuencias:

"Patente de corso es un documento entregado por los monarcas de las naciones o los alcaldes de las ciudades (en su caso las corporaciones municipales) por el cual el propietario de un navío tenía permiso de la autoridad para atacar barcos y poblaciones de naciones enemigas."

Esta forma de ser predadora y parasitaria sólo se detiene ante las amenazas físicas (prisión, venganzas, desenmascaramiento y daño físico en general) pero no ante las apelaciones a la ética, la moral o la simple reciprocidad, que para ellos carecen en absoluto de sentido.

Los psicópatas más primitivos caen fácilmente en la delincuencia individual u organizada y difícilmente engañan a personas con un inteligencia normal.

Otro caso muy diferente ocurre con los más sofisticados: los maquiavélicos, organizacionales y narcisistas.

Paul Babiak expone en "Serpientes con trajes", de forma extensa, el proceso en los psicópatas más inteligentes siguen para conseguir de sus víctimas lo que quieren.

En primer lugar hay que entender que el psicópata inteligente adopta múltiples máscaras de normalidad, cada una de ellas adecuada a un contexto.

Ya comentamos en las entradas dedicadas a la ponerología que una de las habilidades sobresalientes de los psicópatas es adquirir un cierto conocimiento, aunque sea "particular" y deforme, de la psicología de sus víctimas y de sus puntos débiles, que les resulta útil para obtener de ellas lo que esperan.

Si algo teme un psicópata es ser puesto en evidencia delante de sus víctimas y que la farsa acabe, y las posibilidades de que esto ocurra se multiplican a medida que se ve expuesto simultáneamente a más de una de sus víctimas.

Por este motivo, un psicópata se encuentra más confortable en un encuentro "cara a cara", de modo que pueda utilizar la máscara adecuada y desplegar todo su encanto o su poder de persuasión.

Desarrollaremos más este punto en una entrada posterior, dedicada al "drama psicopático".

Las fases del ataque psicopático, según Paul Babiak, son tres:

1.- Evaluación de potenciales víctimas ("assessment phase"). Ya sabemos que los psicópatas tienen un olfato especial para detectar las debilidades y los puntos calientes de los demás (o "hot spots", que son temas con una gran carga emocional para una persona). Una viuda solitaria quizá desee la compañía de un hombre más joven, un empresario con problemas quizá esté tentado de contratar a un "empleado estrella" que le prometa la solución a todos sus problemas ...etc. Las épocas de caos y cambios rápidos, donde la gente más reacia y peor adaptada sufre especialmente, o bien las personas que han sufrido graves reveses en sus vidas, son especialmente provechosas para estos "buscadores de oportunidades" permanentes.

2.- Manipulación ("manipulation phase"), donde:

  • En primer lugar, se crea la ficción psicopática. El psicópata crea una máscara, una especie de "segunda piel" postiza, un "personaje social" que se adapta perfectamente a las necesidades de su víctima. El psicópata intenta transmitirle un mensaje claro e irresistible: "yo soy la persona que necesitas", "yo soy la persona en quien puedes confiar", "yo soy el candidato ideal para el puesto de trabajo que buscas", "yo soy el/la compañero/a perfecto que anhelabas"...etc. Algunas construcciones (que, en el fondo, son burdas imposturas) son extremadamente elaboradas y pueden tardar años en ser desmontadas y puestas en evidencia.
  • Una vez la víctima cae en las redes de engaño del psicópata, convencida de la autenticidad de lo que sólo es una máscara, es engañada, estafada y, en general, utilizada sin su conocimiento. El psicópata puede ser incluso desconsiderado, grosero o violento. La víctima le disculpará. Sólo alguien que, desde fuera, perciba imparcialmente la situación, se da cuenta de lo que realmente está ocurriendo. Pero sus esfuerzos para quitar la máscara al abusador son inútiles: la víctima se niega a dar crédito a los comentarios negativos sobre una persona que considera intachable, recta y honesta. El psicópata, a su vez, habrá hecho las modificaciones necesarias en su máscara para quitar veracidad a dichos comentarios, al menos, a ojos de su víctima. De este modo, la fascinación se mantiene.

3.- Abandono ("abandonment phase") cuando la víctima ya ha dado al psicópata todo lo que esperaba de ella, o bien cuando éste descubre otra víctima potencial más interesante, el psicópata simplemente desaparece, dejando a la víctima sumida en el caos, con una mezcla de sentimientos de culpabilidad, vergüenza y deseo de venganza. Muchas víctimas sienten demasiado rubor para confesar que han sido víctimas de un estafador de este tipo y esto juega a favor del psicópata, que ve cómo muchas veces sus propias víctimas son su mejor aliado y su mejor coartada.

El proceso se desarrollará con algunas particularidades, dependiendo del tipo de psicópata y del grado de dependencia y engaño de la(s) víctima(s).

En los casos más patológicos, la víctima acaba devastada, con su salud física y mental comprometidas.

Y lo peor es que, quizá, no acabe de entender exactamente qué es lo que le ha ocurrido.

Por supuesto, esto trae sin cuidado al abusador, que probablemente ha olvidado este episodio y se encuentra ocupado en crear su siguiente ficción para extraer todo el jugo a una nueva víctima.

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