30/12/17

Monos voladores, narcisistas, facilitadores y psicópatas: un cuentito de terror

Monos voladores, narcisistas, facilitadores y psicópatas: un cuentito de terror

Monos voladores, narcisistas, facilitadores y psicópatas: un cuentito de terror

sobreviviendoasociopatasynarcisistas.blogspot.cl

Durante tu infancia es probable que hayas sido testigo  de comportamientos de grupo perversos. La escuela era el lugar propicio para ello. Dos o tres niños maltratadores, tenían en jaque al resto del curso. Un pequeño grupo prepotente sometía a una gran mayoría al silencio. Si elegían a alguien como víctima de sus burlas o agresiones, muy pocos intervenían para que dejaran de hostigar a su compañero ya que tenían temor a ser las nuevas víctimas. Algunos consolaban al abusado en secreto; otros evadían a la víctima y el resto directamente reía cuando los “bulles” así lo indicaban. Ocasionalmente aparecía algún compañero que los enfrentaba, generalmente un niño o niña con sana autoestima y una familia presente que también se involucraba cuando se daban cuenta de que había casos de abuso importantes. Luego creciste y confiaste en que este tipo de funcionamiento grupal enfermo que favorecía a los maltratadores estaba superado. “Después de todo somos todos adultos” pensaste. Y así lo hiciste hasta que tuviste tu encuentro con el narcisista o psicópata.

Cuando la relación con el abusador terminó, creíste que no podía hacerte más daño que el que ya habías recibido durante meses o años de abuso encubierto. Error. Mientras estabas en tu casa encerrada/o  tratando de encontrarle una lógica a lo que habías vivido, o pasabas horas con tu mejor amiga/o desahogándote, tu ex pareja ya había comenzado una campaña de rumores que en el mejor de los casos consistía en hacerte pasar por celoso/a y loco/a ante sus nuevas parejas  o que en el peor escenario involucraba una serie de mentiras destinadas a destruir tu imagen y tu persona ante tus colegas, familiares y oficiales de justicia con el fin de que perdieras tu trabajo y tus hijos.

Para lograr tu aniquilación simbólica (ver entrada “asesinato de la personalidad”) los sociópatas necesitan convencer a sus allegados de todo lo que dice y, a la manera de un virus que infecta a las células y las obliga a replicar su información genética viral, los hace rumorear lo que él/ella  quiere que digan sobre ti. Estas personas actúan como facilitadores de la conducta perversa del abusador y se los conoce con el nombre de “enablers” dentro de la academia y con el nombre más popular de “flying monkeys” entre los angloparlantes. El término mono volador proviene de la historia “El Mago de Oz”. En ella, la bruja mala utiliza un ejército de monos voladores para ser asistida cuando quiere impedir que Dorothy y sus amigos le arrebaten la escoba que tiene poderes mágicos. Con el tiempo la expresión monos voladores comenzó a utilizarse para nombrar a aquellas personas utilizadas por el narcisista o psicópata para infligir dolor adicional a sus victimas a través de campañas de calumnias, mentiras y rumores con la finalidad de desprestigiarla y anularla totalmente.

Los monos voladores pueden ser gente de su entorno que fue manipulada y cree en la mentira del abusador o gente que activamente los favorece y ayuda por intereses personales (laborales, herencias familiares, etc.)  En todos los casos se convierten en co-abusadores ya que aun aquellos que fueron engañados por el psicópata son responsables de sus decisiones. Cualquier persona bien intencionada tendría que escuchar los dos lados de una historia antes de tomar partido y no es lo habitual en los facilitadores. En su favor podríamos decir que es probable que el psicópata les haya advertido que no se acercaran a ti porque “no estabas del todo bien de la cabeza”. Tanto los facilitadores crédulos como los cínicos no parecen darse cuenta de que el psicópata o narcisista no dudará en usarlos como chivos expiatorios cuando las circunstancias cambien.

¿Qué es lo que hacen los monos voladores?

Actúan como fuentes de información para el sociópata. Esto es especialmente notorio en las familias y en el trabajo. Por ejemplo, si tienes un hermano narcisista y tu madre lo sigue viendo como una pobre víctima de las mujeres y de la sociedad, ella tratará de averiguar temas sensibles sobre ti para luego pasarle la información a él. O si en la oficina alguna de tus colegas mujeres, miembro del club de fans de tu jefe psicópata, trata de convertirse en tu mejor amiga, deberías ser cauto/a con los datos que le vas a brindar.

Transfieren culpa. Esto también es muy común en la familia o grupos de amigos. Si tu madre es la sociópata que quiere sabotearte todos tus sueños y tenerte de enfermera o mucama de por vida mientras ella se divierte con sus nuevas parejas puede suceder que cuando tú te alejes de ella y decidas mantener contacto cero repentinamente un tío abuelo tuyo te llame para hacerte sentir culpable por tu “negligencia y falta de cariño”. Desde ya la mayor parte de tu familia estará convencida que eres la/el villana/o de la película.

Esparcen rumores. Si las que tu ex llamaba amigas/os hacen comentarios de lo mal que lo trataste cuando rompieron (cuando en realidad fue tu pareja la que llegó a decirte que no valías nada); si sus estados de Facebook son alusiones a una supuesta persona celosa y loca (¡Bingo! Están hablando de ti),  si en la oficina todos se callan repentinamente cuando llegas a donde están reunidos, no lo dudes, el narcisista ya reclutó a varios como ejército alado.

Te culpan de lo que ellos hicieron. El abusador necesita neutralizarte antes de que intentes exponerlo. Normalmente la suerte les sonríe ya que para cuando tú caes en la cuenta de lo que ha estado haciendo, tus amigos ya te estarán reprochando haberle sido infiel (cuando fue tu ex quien te engañó) y en el trabajo quienes hasta ayer te respetaban te acusarán por la pérdida de esa cuenta que en realidad tu colega psicópata tenía a cargo. Ellos cuentan con la desorientación inicial de la víctima. Lo saben y lo explotan.

¿Qué se debe hacer con los facilitadores?

Si son personas de tu familia  o amigos no muy íntimos que tú sabes que no tienen malas intenciones, trata de explicarles brevemente tu situación y/o evitarlos por un tiempo. Podría suceder que se den cuenta de que estaban juzgándote mal. Si ese momento no llega y además te lastiman con sus comentarios, considera alejarte de ellos en forma permanente.

Si son sus nuevas conquistas, déjalas que hablen. El tiempo les hará ver que estaban equivocadas. En uno de los foros que hemos leído, una mujer relató  que se sentía desesperada ya que la nueva novia de su ex psicópata la acosaba con comentarios denigrantes en la web. Decidió cerrar su cuenta, pero antes de hacerlo, tomó fotos de varios estados que la mona voladora subía (más que nada por si necesitaba hacerle una denuncia por cyber acoso) Diez meses más tarde, cuando supo que a la “señorita sabor del mes” le había sucedido lo mismo, le envió las fotos de sus estados por correo privado para que recordara el daño que le había causado. Puedes pensar que estuvo mal lo que hizo, o por el contrario, que estuvo bien. No es el punto. Lo que importa es entender que con estos vampiros emocionales las relaciones siempre terminan así y lo mejor que puedes hacer es no prestarles atención a quienes los apañan. “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”.

Cuando es un familiar cercano el que no puede ver el abuso de otro miembro hacía su persona y hacía ti, tienes que tener mucho tacto aun cuando te esté lastimando al tomar por ciertos los dichos del maltratador. Por ejemplo, si tu hijo piensa que su padre lo quiere aunque lo vea poco, no es conveniente insistir en abrirle los ojos a la fuerza, en hacerle ver el daño que les hace al no pasarte alimentos y gastar todo su dinero en mujeres y diversión. Sin embargo, tampoco deberías cubrirlo ya que te convertirías en otra facilitadora. Tienes que aprender a caminar sobre la cuerda floja, a evaluar que tanta información has de compartir con tu hijo. Busca ayuda profesional para que te guíe. Asimismo, si tu hermano mayor no puede ver que tu hermana menor lo parasita,  que manipula a toda la familia para sacarles dinero que gasta en juerga y drogas (la mayoría de quienes tienen desordenes de personalidad B suelen ser adictos a todo tipo de sustancias pero logran convencer a su entorno de que es solo algo ocasional) y, para colmo de males, te acusan de ser desafectada con ella, deberás explicarles una o dos veces (no más) tu opinión, aclarándoles que los amas pero que no puedes consentir esa dinámica familiar enferma. Trata de mantener un contacto mínimo hasta que realmente observes que se han dado cuenta de la situación.

Si son colegas que pueden poner en riesgo tu trabajo o cualquier familiar del psicópata que pretenda ayudarlo en obtener la tenencia de tus hijos, te recomendamos que actúes y no esperes a que las cosas se solucionen solas porque en estos casos tienen a agravarse con el paso del tiempo. Medita con calma y prudencia los pasos a seguir, contrata un abogado de familia o laboral dependiendo del caso y si no cuentas con el dinero acude a los centros de ayuda en casos de violencia doméstica o acoso laboral.

Por último, te diremos que es solo una etapa (compleja y dolorosa), que en un tiempo los facilitadores se darán cuenta de que fueron usados y tendrán que hacer su propio proceso de sanación o, en el caso que sigan ciegos, tendrán que soportar luego las consecuencias de hacer alianzas con personas altamente destructivas. Tú, mientras tanto, te habrás liberado de toda su inmundicia y estarás disfrutando una nueva vida en plenitud.

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