Consecuencias psicológicas de sufrir malos tratos
Los malos tratos no solo tienen secuelas físicas. El impacto a nivel psicológico de sufrir malos tratos.
Para muchas personas, no hay sensación más reconfortante de estabilidad y seguridad que llegar a casa. El hogar es, para muchos, un bastión de tranquilidad y de amor. Sin embargo, para las víctimas de violencia doméstica, el hogar es cualquier cosa menos un refugio.
Según la Coalición Nacional Contra la Violencia Doméstica (NCADV), la violencia doméstica es la agresión física intencional, con intimidación, agresión sexual, o uso de otro comportamiento amenazador por parte de un miembro del hogar contra otro. Otras formas menos evidentes de comportamiento abusivo incluyen el acecho, el empleo de miradas o gestos amenazantes, los intentos de controlar la salud reproductiva de una pareja íntima (por ejemplo, el negarse a usar métodos anticonceptivos durante las relaciones sexuales) o la humillación.
Las heridas psicológicas y emocionales
Tras los signos evidentes del abuso doméstico, las heridas psicológicas y emocionales sufridas en eventos traumáticos también hay que abordarlas.
La American Psychological Association (APA) explica que el trauma psicológico es "una respuesta emocional a un evento terrible ..." que interfiere con la capacidad de un individuo para desenvolverse como lo haría en circunstancias normales. Mientras que el impacto psicológico de un incidente particular variará de persona a persona, la mayoría experimenta mayores niveles de angustia emocional después de pasar por eventos traumáticos. Afortunadamente, estos sentimientos a menudo desaparecen si se recibe el apoyo adecuado de familiares, amigos, profesionales de la salud mental y otras redes sociales.
¿Ocurre igual para las víctimas de violencia doméstica?
Para las víctimas de abuso conyugal y otros tipos de violencia de pareja, la situación no siempre es tan clara. El temor a represalias por parte de la pareja puede impedir que las víctimas busquen la asistencia necesaria. El sentimiento de vergüenza, especialmente entre las víctimas masculinas, también puede ser un obstáculo importante para buscar ayuda. Esta falta de apoyo emocional puede conducir a un aumento del miedo, ansiedad, depresión, ira, estrés postraumático, el aislamiento social, el uso de drogas ilícitas, la dependencia del alcohol, e incluso el surgimiento de ideas suicidas.
Está claro que las heridas psicológicas y emocionales de la violencia doméstica son devastadoras y pueden perseguir a las víctimas durante muchos años y robarles la posibilidad de vivir una vida plena. Así que si un ser querido o uno mismo está siendo víctima de malos tratos, es importante que busque ayuda, ya que cuanto más tiempo persista el abuso, más daño puede causar física y psicológicamente.
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