Ataque de Pánico, ¿cómo supéralo?
psicologoemocionalonline.com.-Daniel Molina
Ataque de pánico
Imaginad. Has salido del trabajo. Ha sido un día estresante. Llevar ya un tiempo notando que la presión va haciendo huella en ti. Las presiones familiares, laborales, etc., se van convirtiendo en una carga demasiado pesada. Tu ánimo está por los suelos, pero intentas ser efectivo en todo lo que haces en tu vida diaria. No te permites el descanso o el desconectar de toda esa carga vital. Pues ahora, caminando hacia casa, cuando el estrés que has soportado en el trabajo se va rebajando, aparece una sensación extraña. Jamás habías sentido nada parecido. Sientes una profunda angustia. Comienzas a temblar. Tienes dificultades para caminar, y la visión se vuelve borrosa. Empieza a dolerte el pecho, y a nota como todo tu cuerpo de tensa. Es en ese momento cuando en tu mente aparece el temido pensamiento: “¡Me estoy muriendo! El temido ataque de pánico ha comenzado.
Se presenta la ansiedad
Tratas de calmarte, pero la ansiedad no cesa. Los pensamientos y el miedo irracional se apoderan de nosotros, y ello impedirá que nos calmemos. En ese momento sólo pensaremos en el dolor que sentimos y qué nos estamos muriendo. Es una sensación horrible y paralizante. Pero aun así intentaremos buscar ayuda desesperadamente.
Si encontramos esa ayuda lo primero que diremos es que nos está dando un ataque al corazón. Que nos estamos muriendo. Si no encontramos en ese momento a nadie, nuestro miedo irá creciendo hasta unos extremos inimaginables. Pero tanto con ayuda como si no, el dolor irá remitiendo. La tensión corporal va disminuyendo, y el dolor torácico va desapareciendo.
Habremos superado sin saberlo un ataque de pánico. Si nos trasladan a un hospital, y nos realizan las pruebas médicas pertinentes, los resultados del funcionamiento del corazón será el correcto. Nunca ha habido un ataque de corazón. Ha sido un ataque de ansiedad. Y a partir de ese momento, cada vez que acumules un nivel elevado de ansiedad, tu cuerpo reaccionará de ese modo.
La olla a presión
Espero que este pequeño relato nos haya servido a los que hemos sufrido un ataque de ansiedad alguna vez, reconocer lo que hemos llegado a sentir, y a los que afortunadamente no han padecido esta psicopatología, entiendan un poco más en funcionamiento de dichos ataques.
¿Pero porque nuestro cuerpo y nuestra mente reaccionan así ante la ansiedad? Es por la presión. Es decir. Imaginad una olla que hierva a presión. Este tipo de ollas tiene unas válvulas que cuando la presión es elevada en su interior, elimina el exceso. Pues la persona que padece ansiedad, esa válvula que elimina el exceso depresión en su interior está “rota” o “estropeada”. Por tanto cuando la ansiedad excesiva en nuestro interior, nuestro cuerpo la elimina tensando todo nuestro cuerpo. Toda esa presión se vuelve tensión. Para que luego se destense y por tanto se elimine la presión que teníamos en nuestro interior.
Por tanto, la presión excesiva hace que todo nuestro organismo se tense, para que una vez tenso, se vuelva a destensar. Es un metido físico para deshacernos de toda la tensión que ha acumulado nuestra mente.
¿Qué es un ataque de pánico?
El ataque de pánico o crisis de ansiedad se caracteriza por un miedo intenso e irracional en la persona que lo padece. Es una reacción a un nivel excesivo de ansiedad. Cuando la presión interior es elevada se produce una alteración física y psíquica que se traduce en dicho ataque o crisis.
Un ataque de pánico puede tener una duración e intensidad variable. Puede durar desde pocos minutos a una hora (en los casos más extremos). Y su sintomatología puede ser más o menos leve según el grado de ansiedad que padezcamos.
Normalmente el ataque de pánico se produce en momentos en los cuales estamos supuestamente más relajados, como por ejemplo en la noche o en actividades tranquilas. Son momentos propicios para soltar toda la tensión y la ansiedad acumulada.
Diagnóstico y síntomas
Según la clasificación internacional de trastornos mentales DSM-IV los criterios para diagnosticar un ataque de pánico (o crisis de ansiedad) serían los siguientes:
Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes 13 síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos.
- Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca.
- Sudoración.
- Temblores o sacudidas.
- Sensación de ahogo o falta de aliento.
- Sensación de atragantarse.
- Opresión o malestar torácico.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Inestabilidad, mareo o desmayo.
- Desrealización o despersonalización.
- Miedo a perder el control o volverse loco.
- Miedo a morir.
- Parestesias.
- Escalofríos o sofocos
Que decir que el diagnóstico siempre deber ser realizado por profesionales tanto del ámbito psicológico como del médico. Una vez descartadas patologías físicas, la persona deberá ser tratada por un profesional de la salud mental.
Tratamiento
El principal tratamiento para el ataque de pánico es el psicológico, pudiendo ser combinado por el farmacológico en los casos que por su gravedad, lo requiera.
-Tratamiento farmacológico: se basa en recetar medicamente ansiolíticos y antidepresivos. Un médico psiquiatra deberá valorar la necesidad del tratamiento mediante fármacos.
-Psicoterapia: este tratamiento permite conocer la raíz de los miedos y de la ansiedad del paciente, así como el planteamiento de estrategias para controlar y superar la problemática. Las crisis de pánico se pueden afrontar y superar fácilmente si se tiene las herramientas adecuadas, además de llegar a no padecerlas más con un tratamiento adecuado.
Qué decir que como todo en la vida, no existen los atajos. Si se padece ansiedad, ésta se debe tratar adecuadamente, y para ello es fundamental dos factores: el tiempo y el esfuerzo. El paciente debe tomar un papel activo en su propia recuperación.
También se puede recomendar otras técnicas para combinar con los tratamientos citados, como puede ser la práctica de yoga, meditación, reiki, etc., actividades físicas o actividades que le ayuden al paciente a eliminar la ansiedad, y tener la mente ocupada.
El apoyo emocional también es fundamental. Por ese motivo, la persona que sufre de ataques de pánico debe comunicárselo a su entorno más cercano. De ese modo, las personas cercanas podrás proporcionarte el apoyo y la ayuda que necesitas.
3 Pasos para superar un ataque de pánico rápidamente
1-. Relájate. Los ataques de ansiedad no se pueden predecir, pero existen ciertos signos que nos pueden alertar de que estamos a punto de sufrir el temido ataque de pánico. Por ejemplo, podemos notar que nuestra mandíbula se está tensando, que nuestros latidos se incrementan, o que empieza a dolernos levemente el pecho. En ese momento, o si no hemos logrado descifrar los primero signos, cuando comencemos a padecer el ataque, debemos sentarnos o tumbarnos y cerrar los ojos.
Si estamos con alguien conocido, tenemos que decirle que nos pasa, y que vamos a hacer. También puedes indicarle que necesitas tranquilidad y que se mantenga en silencio. Si estás solo, siéntate o túmbate donde puedas. Si estás en la calle, siéntate igual, y cierra los ojos. Necesitas aislarte de todo estimulo.
Haz respiraciones lentas, hondas y completas. Cálmate pensando que sólo es un ataque de pánico y que todo pasaré en breve. Y continúa respirando de la misma manera. No te preocupes por todo lo que te rodea. Céntrate en ti. Con este tipo de relajación centrado en la respiración y en calmar nuestros pensamientos lograremos frenar el exceso de adrenalina que se ha apoderado de nuestro cuerpo.
2-. Frena los pensamientos negativos. Sólo estás tú. Respirando lentamente. Tranquilizándote. Es el momento para frenar todos esos pensamientos que te dictan que te está ocurriendo algo muy malo, y puede llevarte a la muerte. No estás sufriendo ningún ataque al corazón. Así que debes decírtelo interiormente. Di: “No voy a morir”, “Sólo es un ataque de pánico”, “duele y asusta, pero pasará”, “solo voy a sufrir este ataque unos minutos”. Controla tu miedo con pensamientos positivos. Todo está en tu mente.
3-. Acepta tus emociones. En un ataque de pánico uno experimenta multitud de emociones, por ejemplo, está el miedo, la tristeza, la desesperanza, etc. Son emociones negativas propias de todo que estás sufriendo en ese momento. Todo lo que has acumulado en tu interior está saliendo y es toda una montaña rusa de emociones.
Por todo ello debes aceptar que estás sufriendo. Son emociones que también van a desaparecer, pero que tienes que experimentar. Acepta lo que estás experimentando, sabiendo que es pasajero. Todo ataque de pánico es breve, y lo será más cuando más dejemos aflorar nuestras emociones más internas.
Consejos para controlar la ansiedad y los ataques de pánico
-Infórmate qué son los ataques de pánico y sus síntomas.
Uno de los primeros pasos para afrontar la ansiedad es saber que nos ocurre. Existe mucha bibliografía que nos permite reconocer los síntomas que estamos sufriendo, y asociarlos con la ansiedad. También podemos acudir a un profesional que nos diagnostique y nos de toda la información al respecto.
-Reinterpretar el problema.
La ansiedad hace que la persona siempre esté en alerta por posibles peligros. Debemos aprender a que toda esa alarma es fruto del miedo, y el miedo sólo está en nuestra mente. Es algo irreal. Por ese motivo debemos:
- Aprende a razonar los posibles peligros.
- Preguntarse si esos miedos son reales o no.
- Poner nuestra atención a los problemas sólo cuando se puede hacer algo al respecto.
- Cuando no haya nada que hacer, debemos seguir con nuestra vida normal.
-Desviar nuestra atención del problema.
Cuando una persona sufre de ansiedad, su atención se centra en ese problema, y no deja de pensar en todo aquello que le preocupa. Por ello debemos aprender a relajarnos, y evitar centrarnos en los problemas. Es mucho más constrictivo centrarse en la soluciones.
-Usar técnicas de relajación.
Las técnicas que nos permiten relajarnos ayudan mucho a la hora de rebajar los niveles de ansiedad, y por tanto de no sufrir los temidos ataques de pánico. Con este tipo de técnicas reducimos la actividad fisiológica y con ello conseguimos la tan ansiada relajación muscular, y por ende, mental.
-Pide ayuda profesional y apóyate en las personas que te rodean.
Es importante tratar la ansiedad, ya que por sí sola no desaparece. Sin tratamiento habrá tiempos con menos ansiedad, y otros con una ansiedad tan elevada que te llevará a sufrir los temido ataques. Es importante saber la raíz de tus miedos, y aprender a gestionar tus emociones negativas. Y eso sólo se consigue mediante la ayuda profesional. Así que no lo dudes e invierte en ti. La ansiedad se puede superar.
También es esencial tener el apoyo de todos aquellos que te rodean. Saber que te ocurren y cómo te pueden ayudar, es fundamental para tu recuperación. Así que comunícate con los demás y deja que te ayuden.
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