21/6/19

¿VENGARSE DEL NARCISISTA?: ¡Sólo hay un camino!

¿VENGARSE DEL NARCISISTA?: ¡Sólo hay un camino!

¿VENGARSE DEL NARCISISTA?: ¡Sólo hay un camino!

libresdelnarcisista.blogspot.com

El narcisista te ha engañado, te ha herido, ha devastado tu vida. Te sientes desolado. Esta persona, a quien consideraste tu pareja o tu amigo, te desvaloró y te hizo sentir miserable. Manipuló tus emociones, rompió tu corazón, erosionó tu identidad, destruyó tu confianza y tu autoestima.

Incluso, en el colmo de su perversidad, ha esparcido en tu ambiente rumores en contra tuya. En algunos casos, no sólo has sido agredido emocional y psicológicamente, sino que el abuso ha alcanzado tus finanzas, o has tenido que soportar episodios de violencia física.

Frente a tanta maldad, frente a la realidad del daño, quieres vengarte.

Vengarte es necesario, piensas, para reivindicarte. Es una cuestión de justicia: él te la hizo, ahora tú se la haces a él. Esa es la lógica de la venganza.

¿Has soñado alguna vez con ajustarle las cuentas al abusador? Todas las víctimas lo hacen. Tu mente vuela,… imaginas el lugar, las palabras, los gestos,… "Se va a enterar el narcisista éste”,… en tu fantasía tu dolido ego queda de sobra recompensado, le das lo que se merece. Y punto.

Eso sucede, al menos, en tu pensamiento.


ESCENARIOS DE LA VENGANZA

Pero pasemos de la imaginación a los hechos ¿Qué opciones tienes para vengarte? La primera que se te ocurre es confrontarlo, decirle a quemarropa: “¡Eres un narcisista patológico”. Echarle en cara todos los rasgos narcisistas que has logrado identificar en él y en la relación: las manipulaciones, las mentiras, el asunto del combustible, el ciclo del abuso,….

¿Qué crees que sucederá? Espero que no seas tan ingenuo para pensar que el narcisista te va a decir algo como: “Me has pillado. Es cierto, ¡soy un narcisista!, tienes razón, mira, lo reconozco, todo lo que dices es cierto, te he manipulado, soy un adicto de tu reacciones emocionales, lo siento…”

Ni en sueños.

Esta será su respuesta: Negará absolutamente todo. Te acusará a ti de ser narcisista. Te hará creer que no tiene ni idea de lo que le estás hablando. Manipulará la conversación de mil maneras, te gritará, se hará el ofendido. Te confundirá con sus provocaciones, intentarás entonces defenderte, y perderás el control. Tus palabras serán interpretadas como una crítica, lo que le causará una injuria, por lo que se disparará su furia maligna a objeto de reparar la herida que le has causado. 

Y lo peor de todo es que en medio de la refriega tus reacciones emocionales, tu indignación, tu rabia, tu enojo, serán un delicioso combustible que empoderará al depredador.

Otro escenario posible de la venganza: reclamarle todo el abuso perpetrado, exponerle con pelos y señales, punto por punto, sus mentiras, sus humillaciones; las veces que te trianguló con terceras personas; en una palabra, sacar a la luz el daño que te ha hecho, que se entere del odio y de la indignación que sientes, que sepa que tú no eres un tonto, que te has dado perfecta cuenta de su conducta abusadora.

Resultado: Lo mismo de lo mismo, ¿tú quién te crees para pedirle cuentas al narcisista de sus actos? Su exagerado sentido de superioridad, de estar en derecho, no lo tolerará. No admitirá jamás ser responsable de nada de lo que dices. Te trasladará a ti la culpa de lo sucedido. Dirá que sufres paranoia o que estas sobre-reaccionando.

Y, de nuevo, se deleitará en su victoria al verte destruido y lleno de odio. Es un combustible de primerísima calidad, para él significa que ha logrado afectarte de verdad, lo que le hace sentir superior.

Un tercer camino para vengarte es exponerle públicamente, que conozca el mundo el ser maligno que se esconde tras la fachada. Familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, su nueva pareja,… todos deben saber el maltrato emocional y psicológico que has sufrido y la perversidad de tu verdugo que se ha vestido de oveja delante de ellos.

Aquí tropezarás con varias verdades incomodas que debes considerar:

* Comprobarás atónito que esta persona se ha encargado de dañar tu imagen, sembrando rumores sobre ti, a fin de que aparezcas ante los demás como un desequilibrado o un perturbado. Tu credibilidad estará notablemente mermada delante de terceros.

* El abuso narcisista es, la mayor parte del tiempo, encubierto y muy difícil de probar ¿Cómo podrás convencer a otros de algo que ha permanecido casi siempre oculto? Te verás en la tesitura de tener que demostrar a personas que no tienen experiencia de esta clase de abuso, la realidad del maltrato que has padecido.

* El narcisista es un manipulador nato, engañará a todos, se presentará ante el gran público como la víctima de su víctima. Te estás enfrentando a una persona que no tiene conciencia moral, ni empatía, que hará cualquier cosa por defender su inflado ego, la imagen idealizada y falsa que proyecta de sí mismo.

Aunque depende mucho del grado de malignidad de cada narcisista, pero, en general, las personas que sufren este trastorno son tremendamente vengativas, jamás perdonan, piensan que están en derecho de atacar y defenderse de quien los expone públicamente, el cual se convierte de ipso-facto en su enemigo. No cesarán hasta haberlo destruido totalmente, especialmente si lo considera una amenaza para el mantenimiento de su fachada.


LA VERDADERA VENGANZA


Ni confrontarlo con la verdad de su trastorno narcisista, ni reclamarle su conducta abusiva, ni sacar a la luz el ser maligno y perverso que se esconde detrás de la máscara,… ¿Qué camino queda, entonces, para vengarse?

Te lo diré de inmediato, sólo hay una vía: tu recuperación.  Esa es tú revancha, la única que vale la pena. 

Mientras estés entretenido buscando vengarte del abusador, seguirás atado al trauma, seguirás poniendo tu atención emocional en él. Esa es la trampa del narcisista. 

Tu recuperación: Volver a conquistar tu vida, levantar de nuevo las paredes de tu casa, restablecer tus niveles de autoestima, liberarte del influjo fatídico del vínculo traumático. Decretar y mantener un estricto Contacto 0 y Atención 0. Ese es el mayor fracaso del depredador.

El narcisista vive en la lógica de la venganza, que es la lógica del ego, y es por eso que espera que reacciones atacándole, buscando revancha. Ese es su terreno de juego, allí quiere llevarte, tú odio lo alimenta, es una emoción que considera exquisita como combustible. Esa es su agenda.

Pero si te resistes a jugar esa partida con él, la de la venganza, la del odio, si te centras en tu recuperación y en tu vida, lo dejarás con hambre y descolocado. Le privas del drama que necesita para prosperar, sin la ración de atención emocional que él necesita como el aire para respirar. 

¿Y qué puedo hacer con el odio que de verdad siento?, te preguntarás.

El odio que puedas experimentar hacia el agresor es una secuela del abuso, y ha sido inducido por el mismo narcisista. Es una forma de mantenerte emocionalmente atado a él. El reto es que re-dirijas este sentimiento hacia el narcisismo y su patología. Te invito a que odies la manipulación, el engaño, el abuso en todas sus formas, pero no a las personas, que al fin y al cabo, son víctimas de sí mismas, y de su grave trastorno de personalidad.

El camino no es el odio, no me cansaré de repetirlo, sino la comprensión empática del problema.

Toma en cuenta que aunque el narcisista te haga creer que le va bien en su vida, y aparezca ante tus ojos como el ganador de la partida, todo es un engaño. A estas personas, en realidad, nunca les va bien. 

La aparente felicidad que intenta proyectar es absolutamente falsa. Ellos arrastran vidas miserables, la satisfacción que pudieron experimentar por el combustible que lograron extraer de ti, les duró bien poco, enseguida tuvieron que buscar más y más suministro. Son seres rotos, llenos de odio, carcomidos de envidia, en permanente guerra con ellos mismos y con el mundo.

Su equilibrio personal es notablemente precario. Su sensación de aburrimiento es mortal. Nunca reciben la suficiente atención que necesitan, y, en ese sentido, son los seres más dependientes de la tierra.

Lo que cada quien siembra, eso mismo cosecha. El narcisista que por dónde quiera que pasa deja una estela de caos y destrucción, no conoce la paz, ni consigo mismo ni con los demás.

Por supuesto, él se cuidara muy bien de que tú no logres ver jamás esta realidad oscura que se esconde tras su fachada.

Por eso, repito, es básico, comprender exactamente el problema del trastorno narcisista. Esa comprensión no sólo te sirve para defenderte, sino que te ayuda a expulsar el odio, una emoción destructiva que lastra enormemente tu salud emocional. 

He visto, por cierto, por Internet algunos vídeos que hablan de vengarse del narcisista, los cuales me han parecido francamente tóxicos e irresponsables. Enfrentarse con una persona que carece de empatía y de conciencia moral, que además es un aventajado manipulador y un experto en el engaño, es no sólo exponerse a ser re-victimizado, sino que en algunos casos puede ser hasta peligroso.

Tu reto actual no es vengarte, tu reto es recuperar tu vida, sanar tus heridas emocionales, superar las secuelas de la agresión y mantenerte fuera del área de influencia de ésta persona depredadora.

Recuerda: tú no eres una persona tóxica, precisamente esa es la gran diferencia entre tú y el narcisista. Él te hizo daño, es cierto, pero tu núcleo permanece sano: tú sí tienes un yo real, una vida que recuperar, unos valores éticos personales, una conciencia, y, emocionalmente, eres inteligente y empático.

El camino de la recuperación es volver a tu centro, a lo hermoso, bueno y verdadero que hay en ti.

La venganza más efectiva, es salir del régimen narcisista que reflejó, en su conducta perversa, una percepción distorsionada de ti. Tú no eres ese ser que fue devaluado y descartado abusivamente, tú eres una persona llena de dignidad, con valores, con talentos y con una gran capacidad de amar y de entregarse.

No lo olvides, ese eres tú.

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