21/6/18

Elucidario [21-6-18]


Elucidario

Elucidario

Por alguna ingenua razón la mayoría de los mortales somos amantes silenciosos de lo oscuro, de aquello que desborda nuestro entendimiento, de lo que necesita explicaciones extraordinarias que den una razón a su existencia. El suspenso y el misterio aumentan la curiosidad y abren las puertas de la motivación. Todo lo que está oculto enciende la imaginación y consigue que nos sumerjamos en encontrar su sentido, sus entresijos, su esencia.

Tenemos ante nosotros un buen manojo de asuntos por elucidar. No recurriremos a los más manidos y estrafalarios, como de dónde venimos y a dónde vamos, cuál es el origen del universo, o cómo se construyeron las pirámides, pero sí podemos entrar en por qué un psicópata no tiene empatía, ni sentimientos; hasta dónde puede llevarnos una emoción; por qué mienten los políticos cuando perfectamente podrían decir la verdad y seguir en activo disfrutando de sus prerrogativas; en qué se basa la fe ciega en doctrinas y adoctrinamientos; o por qué se puede incumplir la Constitución sin que existan consecuencias para nadie.

Posiblemente las cuestiones más cotidianas sean las que se cruzan en nuestro camino sin que percibamos ocultaciones, ni misterios y en cambio contengan las claves para la felicidad o la desesperanza. Una conversación inocente que se sale de tono con nuestra pareja, puede llevarnos a una ruptura irreconciliable que no tiene explicación racional. Un desliz irreflexivo en el trabajo puede ser la puerta al infierno, porque caemos en la indefensión y somos incapaces de rehacernos. El quebranto de una norma por puro despiste, puede llevarnos a un problema irresoluble. Una decisión arrebatada y poco meditada, se puede convertir en una pesadilla.

Sabemos que un psicópata es un mitómano irresponsable con encanto que no necesita vínculos afectivos y tiende a ser manipulador. No siente miedo, ni vergüenza, ni culpa y, por supuesto, carece de la más mínima empatía. Visto así, puede resultar incluso atractivo ser un psicópata de libro, porque es capaz de vivir feliz fuera de la norma, no necesita a los demás para nada, puede transgredir cualquier ley sin que sienta culpabilidad alguna y, para postre, el miedo es una emoción que no existe para él.

En condiciones normales cualquier persona puede devenir un perfecto dilucidador si se lo propone. Solamente necesita información y razonamiento crítico. Se podría pensar que plantear problemas o misterios y no esclarecerlos es negativo y poco productivo, pero hay que tener en cuenta que se necesita ese momento de reflexión con el que no siempre se cuenta. Tenemos que invitarnos a elucidar todas las cuestiones que nos encandilan para alcanzar la paz interior y, sobre todo, la coherencia con nosotros mismos.

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