Tipos de Psicópatas
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¿Existe más de un tipo de psicópata?
La respuesta es sí. Recordando la definición proporcionada por el DSM-IV, consideramos la psicopatía como un trastorno de la personalidad que se caracteriza por “un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que comienza en la niñez o la adolescencia temprana y continúa hasta la edad adulta.”
En ésta definición no se entiende que pueda existir más de un tipo de psicópata, sin embargo, el doctor R. Hare llegó a la conclusión que dentro de ésta, pueden distingue tres tipos de psicópatas: psicópata primario, psicópata secundario y psicópata disocial.
A continuación, detallamos las características de cada uno de los tipos:
Psicópata Primario:
Se trata del tipo de psicopatía “más conocido” por todos. Representan al psicópata “perfecto”, al perfil que todos conocemos y que durante los años se ha probado a representar en historias y en el cine. Su tratamiento es el más difícil de los tres casos. Se cree que no son capaces de entender el significado de las palabras que designan a las emociones, como cualquier persona podría hacer. Es lo que Cleckey llamó “afasia semántica”. Los rasgos principales que caracterizan a éste tipo de psicópata son:
- Encanto superficial: Si lo conocemos nos parecerá perfecto e irresistible. Una persona con una buena apariencia física y que destaca por su carisma. Un profesional a la hora de disimular, de disfrazarse de una persona atractiva y con un encanto especial. Aparenta ser digno de confianza, pero lo hace solo para lograr lo que desea. Es capaz de disimular, de tapar su falta de empatía y disfrazarse de una persona encantadora y atractiva, rebosante de confianza, sólo para lograr aquello que desea.
- Manipulador: Su habilidad para controlar a las demás personas es uno de sus rasgos más sobresalientes. Conoce lo que importa a otras personas, por lo que utilizará estos conocimientos para obtener lo que quiere de ellas y conseguir sus propios objetivos.
- Inteligente: Sabe lo que quiere y como conseguirlo.
- Ausencia de delirios o pensamientos irracionales: En ningún momento podemos considerar que su mente esté viendo cosas que no existen o se deje llevar por algún tipo de trastorno que domina su comportamiento. Son conscientes al 100% de todo lo que hacen, y tienen la total voluntad de realizar las acciones que realizan.
- Informal: Son casi incapaces de mantener compromisos o cumplir obligaciones.
- Ausencia total de sinceridad: Utilizan el engaño sin ningún pudor para conseguir sus objetivos. Mienten por sistema, ya sea afirmando cosas que no son ciertas o simulando aspectos que no existen. Estas conductas no les harán sentirse nerviosos en ningún momento y las desarrollan con total tranquilidad. Si en algún momento son descubiertos, inventarán otra historia para continuar con la artimaña que comenzaron y seguir sembrando la confusión en la otra persona.
- Incapaz de experimentar culpa o remordimiento: No experimentan algún tipo de culpabilidad cuando hacen daño a otros. La empatía brilla totalmente por su ausencia.
- Incapaz de aprender de las experiencias: Ningún estímulo orientado a la modificación de la conducta hará algún efecto en ellos. La probación o el castigo son técnicas inútiles para intentar trabajar con ellos. No valoran las consecuencias de sus acciones.
- Extremamente egocéntrico: la única persona a la que aman son ellos mismos, por lo que su autoestima solo les permite hablar de ellos mismos y sus magníficas cualidades.
- Incapacidad de amar: Si aman a alguien será de forma superficial. Es decir, harán parecer aman a la otra persona, cuando en realidad no les despierta algún sentimiento. Saben que son conductas socialmente aceptadas, por lo que simular que quieren a las personas de su entorno es una asignatura obligada para parecer normal.
- Escasas relaciones interpersonales: En ningún momento mostrarán algún tipo de interés en mantener una relación a largo plazo con una persona. Lo harán durante el tipo que la otra persona le sirva para alcanzar el objetivo que se han fijado.
- Dificultad para seguir un plan de vida estable: Son personas irresponsables y con una necesidad continua de experimentar estímulos. Por este motivo no se marcarán un plan de vida estable, porque para ellos sería un aburrimiento. Van satisfaciendo las necesidad que le van surgiendo, viviendo día a día en búsqueda de nuevas “emociones”.
Psicópata Secundario:
La diferencia más importante con el psicópata primario es que pueden desarrollar algún afecto hacia las personas que le rodean. De este modo, son capaces de experimentar algún sentimiento de culpa, remordimiento o ansiedad.
Su personalidad es bastante parecida al psicópata primario, pero tendrán una tendencia a la culpabilidad. Si llegan a vivir este sentimiento, les creará un desequilibrio que produce en ellos angustia, crisis y una gran intranquilidad. Su conducta estaría motivada por problemas de carácter neurótico.
Algunos de sus rasgos son:
- Necesidad de estímulo continuo: cambian continuamente de actividad, sienten insatisfacción general. El aburrimiento es insoportable para ellos.
- Son compulsivos: necesitan sensaciones cada vez más fuertes que les hagan aumentar continuamente los niveles de adrenalina.
- Impulsivos e impacientes: no pueden esperar entre un suceso y otro, necesitan pasar a la acción inmediatamente.
- Necesidad de afirmar su poder y dominación: la otra persona no puede tener alguna duda de que él es un ser superior, y no dudará en usar la violencia para demostrarlo.
Psicópatas Disociales:
Son individuos que al igual que en los otros dos tipos de psicopatía, presentan conductas antisociales. Es capaz de experimentar sentimientos de culpa, afecto y lealtad, al igual que el psicópata secundario.
Sin embargo, no se esforzarán tanto en parecer “normales” e integrarse en la sociedad mayoritaria en la que viven. Estarán integrados en ambientes marginales, con una subcultura propia. Dentro de estos entornos sociales, tendrán una personalidad “normal” y se desenvolverán adecuadamente en el grupo.
Son los que sufren un trastorno de la personalidad de origen biológico. Estos trastornos son tan diversos, que debemos basarnos en su nivel de autoestima para identificar varios subgrupos:
Conclusiones
La imagen que tenemos del psicópata es la que representa el primer tipo, es decir, el psicópata primario. Sin embargo como hemos visto existen otros dos tipos, en nuestra opinión, aún más difíciles de reconocer.
Sin duda una de las características que mejor podrían ayudarnos a su identificación, es la falta de remordimiento o la incapacidad de sentir afecto por otras personas. Sin embargo, como hemos visto en los tipos de psicópata secundario y disocial, estos sentimientos pueden ser experimentados por el psicópata.
Tendremos que hacer un estudio aún más profundo de los demás aspectos para poder aclarar si estamos ante una persona con este trastorno de la personalidad o no. La misión no será fácil, porque en todos los casos intentarán engañarnos o no mostrarse como son en realidad, aunque puedan experimentar algún tipo de cariño hacia nosotros. Aún así, esperamos haberos ayudado a tener claro qué tipos de psicópatas existen, para así haceros la tarea más sencilla.
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